Horóscopo

     Es importante destacar que la clarividencia supone una habilidad extrasensorial: palabra horóscopo procede del griego (ωροσκοπος), compuesta de hora (ὥρα) y skopeó (σκοπέω). Significa miro la hora. Es una clara alusión a la importancia que tiene la hora de nacimiento para calcular una carta astral, y cómo ese factor determina el Ascendente, punto zodiacal o signo que se levanta por el horizonte Este en un momento dado. De modo que, hablando en rigor, el horóscopo no es el signo del Zodiaco al que pertenecemos, sino el Ascendente, el punto más personal de una carta astral. De hecho, el Ascendente nos identifica de un modo claro, dice quiénes somos ante el mundo. Representa los inicios de nuestra vida, además de la forma en que funcionamos y nos mostramos ante el mundo. A partir del Ascendente, es decir, del punto zodiacal que representa el nacimiento, la carta astral contiene doce casas y doce signos entre los que se distribuyen los planetas, tal y como estaban en el cielo de nacimiento para un momento y lugar determinados. Pero la carta astral no es algo estático. Es correcto decir que el ser humano va experimentando cambios o una evolución vital conforme el Ascendente (Horóscopo) va recorriendo el mandala que constituye la carta astral natal.